miércoles, 25 de marzo de 2020

Vía Crucis CR: V Estación

QUINTA ESTACIÓN
Jesús es juzgado por Pilato

Hermandad del Ecce-Homo (Pilatos)

Fotografia Ciudad-Real.es
V/. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas 23,13-25:
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a las autoridades y al pueblo y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo lo he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis. Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Así que lo castigaré y lo soltaré». Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa diciendo: «¡Fuera ése! ¡Suéltanos a Barrabás!». A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta en la ciudad y un homicidio. Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a Jesús. Pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!». Él les dijo por tercera vez: «Pues, ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él ningún delito que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré». Pero ellos insistían pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el griterío. Pilato sentenció que se cumpliera su petición. Soltó, pues, al que habían pedido, el que habían metido en la cárcel por revuelta y homicidio, y a Jesús se lo entregó a su voluntad.
MEDITACIÓN
Un hombre sin culpa alguna está ante Pilato. La ley y el derecho lo dejan al arbitrio de un poder totalitario que busca el consenso de la muchedumbre. En un mundo injusto, el justo acaba siendo rechazado y condenado. ¡Viva el homicida, muera el que da la vida! Que sea liberado Barrabás, el bandolero llamado «hijo del padre», y que se crucifique al que ha revelado al Padre y es el verdadero Hijo del Padre. Otros, no Jesús, son los instigadores del pueblo. Otros, no Jesús, han hecho lo que está mal a los ojos de Dios. Pero el poder teme por su propia autoridad, renuncia a la autoridad que viene de hacer lo que es justo, y abdica. Pilato, la autoridad que tiene poder de vida y muerte, Pilato, que no titubeó en ahogar en la sangre los focos de revuelta (cf. Lc 13,1), Pilato, que gobernaba con puño de hierro aquella oscura provincia del imperio, soñando poderes más vastos, abdica, entrega a un inocente, y con ello su propia autoridad, a una muchedumbre vociferante. El que en el silencio se entregó a la voluntad del Padre es de este modo abandonado a la voluntad de quien grita más fuerte.
ORACIÓN
Jesús, cordero inocente llevado al matadero (cf. Is 53,7) para quitar el pecado del mundo (cf. Jn 1,29) dirige tu mirada de ternura a todo los inocentes perseguidos, a los prisioneros que gimen en cárceles infames, a las víctimas del amor por los oprimidos y por la justicia, a cuantos no entreven el fin de una larga pena injusta. Que tu presencia íntimamente percibida dulcifique su amargura y disipe las tinieblas de la prisión. Haz que nunca nos resignemos a ver encadenada la libertad que le has concedido a cada hombre, creado a tu imagen y semejanza.
Jesús, rey manso de un reino de justicia y de paz, resplandece revestido de un manto de púrpura: tu sangre derramada por amor.
R/. A ti la alabanza y la gloria por los siglos.
Todos: Padre nuestro..

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